Ingredientes:
- 1 conejo entero (sin la cabeza)
- 8 dientes de ajo
- 1 vaso de vino blanco
- Sal y pimienta
- aceite de oliva
- Tomillo
Elaboración:
1°- Despiezamos el conejo. Le quitamos las vetas de grasa que podamos encontrar y le quitamos la cabeza. Después separamos las patas del cuerpo. Finalmente, cortamos el cuerpo en rodajas de dos o tres dedos de grosor.
2°- Pelamos los dientes de ajo y los picamos muy finamente.
3°- En una sartén, ponemos un chorro de aceite de oliva y lo calentamos a fuego muy suave. Añadimos los ajos picados y les echamos una pizca de sal. Cocinamos en el aceite a fuego muy muy suave. El objetivo de esto, es aromatizar el aceite con el sabor del ajo, no cocinarlo. Así que no debe coger color. Pasados 3 o 4 minutos, retiramos el ajo y lo reservamos en un plato.
4°- Subimos la potencia del fuego y freímos las piezas del conejo en él. El aceite debe estar caliente pero tampoco demasiado para se cocine bien en su interior. Pasados unos 7 minutos, le damos la vuelta a cada pieza y la cocinamos por su otra cara.
5°- Cuando esté dorado y cocinado, añadimos el ajo y lo cocinamos unos 20 segundos. Mucho cuidado con él porque a altas temperaturas se quema muy rápido. Tan solo cocinar hasta que se dore.
6°- Una vez dorado, echamos el vino blanco para hacer una deliciosa salsa con el aceite aromatizado y los ajos. Opcionalmente, puedes espolvorear tomillo. Dejar cocinar un par de minutos más, que se evapore el alcohol y ¡listo
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